Confiar en los recursos apropiados a la hora de automatizar tareas en una empresa es muy importante cuando se busca conseguir una mayor eficiencia sin sacrificar por ello la calidad del trabajo y del producto final. Es por eso que usar un PLC se presenta como una opción de calidad, ya que se trata de un dispositivo que permite la automatización de procesos complejos y que asegura una producción continua y optimizada.
Esto, por tanto, constituye una solución perfecta para multitud de sectores industriales, ¿pero qué es un PLC exactamente y cómo funciona? ¡Te lo contamos!
¿Qué es un PLC?
Un PLC, siglas de ‘Controlador Lógico Programable’, es un dispositivo electrónico que se utiliza para automatizar procesos industriales con total garantía, tarea que puede realizar de forma fiable gracias componentes como los que te detallamos a continuación:
- Unidad central de procesamiento (CPU).
- Módulos de entrada y salida (E/S).
- Fuente de alimentación.
- Interfaz de comunicación.
La CPU es la encargada de ejecutar el programa que controla las operaciones, y los módulos de E/S permiten la interacción con otros dispositivos del sistema.
Los PLCs ofrecen una gran cantidad de opciones de conectividad gracias a sus puertos Ethernet, Modbus y Profibus, lo que facilita su integración en redes industriales. Su diseño está pensado para durar, resistiendo a las condiciones más exigentes, lo que los hace apropiados incluso para los entornos industriales más complicados.
Además, su facilidad de uso es otra de sus mejores ventajas, ya que el personal puede aprender a programarlos y a trabajar con ellos con facilidad utilizando para ello lenguajes de programación como Ladder y Grafcet.
¿Cómo funciona un PLC?
Para comprender cómo es el funcionamiento de un PLC, hay que imaginar que se trata del cerebro de un sistema de automatización. Este hardware lanza un programa que controla el funcionamiento de máquinas y procesos industriales, disminuyendo la carga sobre los empleados y, con ello, también las posibilidades de cometer errores humanos en los procesos productivos.
Aunque se trata de tecnología industrial de vanguardia, es sencillo comprender qué es un PLC y cómo funciona gracias a esta breve guía paso a paso:
- El PLC recibe señales de entrada de sensores y dispositivos que pueden incluir información sobre parámetros como temperatura, presión o niveles de líquidos.
- La CPU del PLC procesa las señales de entrada en función del programa que tenga almacenado en su memoria. Dicho programa es el que define cómo deben responder las salidas a los datos recibidos.
- Después de procesar los datos, el PLC envía señales a los actuadores y dispositivos de salida. Es decir, el dispositivo da órdenes como el encendido de motores, la apertura de válvulas o la activación de alarmas.
- Además, el PLC monitorea el sistema de forma continua, ajustando las operaciones en tiempo real para mantener la eficiencia y la seguridad de cada proceso.
Ahora que sabes qué es un PLC y cómo influye sobre el funcionamiento de una empresa, tendrás más claro que no conviene subestimar su labor. ¡Se trata de un elemento esencial para las empresas que quieren seguir siendo competitivas en un mercado cada vez más competido!
Aplicaciones de esta tecnología
Un PLC es fundamental a la hora de automatizar procesos industriales gracias a la fiabilidad de su funcionamiento y a lo bien que se complementa con equipos informáticos como los PC Panels de calidad.
Ahora bien, ¿para qué tipo de tareas es útil un PLC? ¡Lo mejor es que te mostremos algunos ejemplos de industrias muy diferentes que pueden beneficiarse de su uso!
- En la industria automotriz, un PLC se responsabiliza del control de cadenas de montaje, incluyendo tareas como la soldadura, la pintura o el ensamblaje de diferentes partes de los vehículos. Además, también se encarga de automatizar el uso de elementos como las fresadoras, las taladradoras y los tornos, mejorando la precisión y agilizando la producción.
- La industria alimentaria se beneficia del uso de los PLCs en la gestión de procesos de envasado y empaquetado, ya que este sistema garantiza que los productos cumplan con los estándares de calidad y seguridad alimentaria. También puede encargarse del control en la producción de bebidas y alimentos, haciéndose cargo de procesos tan delicados como la pasteurización y la esterilización.
- Las empresas de la industria farmacéutica utilizan los PLCs para automatizar la producción de medicamentos, incluyendo el lavado y llenado de viales, lo que permite mejorar la eficiencia a la vez que reduce posibles errores humanos. Además, esta tecnología también puede encargarse de supervisar procesos delicados que permitan garantizar la calidad y la onsistencia de los delicados productos farmacéuticos.
- En la producción de energía, un PLC puede programarse para supervisar turbinas y plantas de energía o para hacerse cargo de sistemas de energía solar y distribución de combustibles, entre otras muchas tareas.
Estos son tan solo algunos ejemplos que demuestran que la respuesta a qué es un PLC varía en función de la industria en la que se utilice, pero también que este dispositivo siempre tiene algo que aportar.
Los PLCs, en definitiva, son esenciales a día de hoy para la transformación digital de las industrias, ya que proporcionan soluciones avanzadas de control y automatización que permiten mejorar los procesos productivos y asegurar la calidad de los productos.
¡Pregúntanos cualquier cosa que necesites saber sobre cómo integrar un PLC en tu empresa!